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Cómo reconectarme conmigo?

  • Foto del escritor: Fer Lightworker
    Fer Lightworker
  • 28 abr 2020
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 29 abr 2020

Etapas hacia la conexión – sanación

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Hola nuevamente.


Hoy necesito hablarte de algo que llegó a mi durante una de mis sesiones/meditaciones. Estoy aquí para contártelo a través de mi experiencia y como esto puede tal vez ser de utilidad en tu propio proceso y camino.

Antes de empezar solo quiero decirte que no espero que creas en lo que te digo, en su lugar, cree en la voz de tu interior que te guía y, solo sigue aquello que resuene con tu ser.


Si estas aquí es porque probablemente te encuentras en un punto de tu proceso donde no sabes como continuar y simplemente buscas las respuestas que no has podido conseguir dentro. El hecho que estés buscando fuera algo que ya reside en ti, puede implicar dos cosas; o no has sido capaz de empezar el camino interior o te encuentras en un momento de desconexión, por lo que recurres al exterior.

Aquí te presentaré lo que para mi ha sido una revelación, acerca de como se puede estructurar (de cierta manera) el camino hacia adentro, que concluye en que puedas reconectarte y por consiguiente sanar.


El sanar implica que hay algo en ti que necesita ser «reparado» o «curado», sin embargo, al estar conectado con tu propio ser, todo esta bien, todo tu eres perfecto y completo. Este camino que te presentaré tiene 4 fases y dependiendo del punto en el que te encuentres el orden puede variar, por esto es que necesitas escuchar tu voz.

Generalmente buscamos sanar o conectarnos cuando nos sentimos lastimados o perdidos, por esto, la primera fase con la que empezaré es la caída, pero es totalmente posible que tu proceso de conexión empiece en la fase 2 o 3 y desde ahí continuar.


Fase 1 – Caída

Esta es la fase en la que seguramente tenemos más experiencia. Este es el punto exacto en donde sentimos que hemos tocado fondo, donde se pierde toda esperanza y fuerza para seguir, o bueno al menos eso pensamos en el momento. Todo lo que sentimos aquí, si bien parece que nunca se irá y que no hay ni una mínima posibilidad de recuperarnos, es algo temporal. Lo que hacemos en esta etapa es inconscientemente utilizar anteojeras, aquellas que usan los caballos que no les permiten ver hacia los lados enfocándose así solo en lo que tienen de frente; al hacer esto, lo único que tenemos en nuestro campo visual es todo lo que nos ha llevado a ese estado, y por consiguiente nuestro nivel energético se queda estancado sin poder vibrar más alto y permitirnos salir de ese «hueco» en el que nos sentimos. 


Muy bien, lo primero que necesitas hacer cuando te encuentres en este punto es… Sentir. Al hacer esto te alejas de tus pensamientos que en definitiva te mantienen prisionero (aunque no sean su intensión, estos son neutros) y te enfocas en tu cuerpo. Nuestros cuerpos no nos mienten nunca, y son grandes herramientas para permitirnos descubrir lo que pasa en nuestro interior cuando estamos desconectados. Siente lo que sea que este pasando en tu cuerpo,analiza en donde se concentra el dolor y que sentimientos genera ese dolor físico. Ahora, siente tus emociones y sentimientos (entendiendo los sentimientos como las emociones que se han arraigado en nosotros, después de cierto tiempo); permítete llorar, gritar y así liberar aquello que has escondido y cargado por tanto tiempo. Pensamos que si solo no mostramos lo que sentimos o pensamos, eso desaparecerá, pero no es así, todo lo que ignoras y escondes se vuelve peso muerto. Así que, si vas a caer, hazlo por completo; rómpete hasta el punto que comprendas que necesitas un cambio real y profundo en tu forma de ser y percibir el mundo entero.


Por otro lado, también es posible que «la caída» no sea un momento tan dramático como el que estoy explicando aquí. Cuando te sientas estresada/o, cuando estés llena/o de prejuicios y criticas hacia otros o hacia ti misma/o, cuando sientas que estas huyendo de ti, en fin, la caída a la que realmente me refiero es a la caída vibracional que experimentamos al alejarnos de nuestra esencia e identificarnos más con nuestro ego. Reconocer que estamos cayendo es el primer paso para volvernos conscientes y así, lograr la conexión y sanación, al unirnos con nuestra verdad.


Fase 2 – Lucha

Así pasamos a la siguiente fase, la lucha. Todo lo que te pedí que hicieras en el punto anterior, no es algo que puedas realizar sin oposición, al fin y al cabo, estás en un punto de quiebre. Tu dualidad esta en un enfrentamiento interno, es lo que realmente eres contra lo que se supone que debes ser según las reglas «comunes» de la sociedad y su adiestramiento basado en el ego. Habrá en tu interior dos «voces» y desde tu estado querrás que una de las dos desaparezca para que logres regresar a la «paz» en la que creías vivir. 


Es posible que incluso llegues a un punto en el que sientas una aversión profunda por aquello que llamas «yo» (la definición que creaste desde tu ego); y esta bien, todo por lo que pases en este punto es perfectamente aceptado porque es lo que al final necesita tu alma para trascender. Seguramente te llenarás de deberías y expectativas, esto al final es lo que más nos lastima, no permitirnos ser, sino por el contrario, crear un molde mental y cambiarnos para encajar en él. Para poder seguir, en esta etapa necesitas permitirte luchar y sacar a la luz todo, todo lo que guardas, tus miedos, tus «defectos» (los que te «impiden» ser feliz), saca todos tus «hubieras» «y si» «ojalá fuera», tus resentimientos contra las situaciones y personas que te han convertido en una «victima» e incluso contra Dios; en fin, cada cosa que te haga sentir rota/o, incompleta/o e imperfecta/o. 


Déjalo todo salir, libérate del peso que nada bueno te ha traído.


Fase 3 – Rendición

Esta fase esta cerca a mi corazón por lo que ha implicado en mi vida y mi proceso, este es tu punto de inflexión. En mi verdad, es la etapa más difícil, ya que, nos pide dejar ir el control y confiar. Siendo honesta creo que la mayoría de los seres humanos somos unos locos del control; biológicamente la incertidumbre nos genera ansiedad, ya que, se interpone en nuestra supervivencia; esto lo podemos ver en la forma en que funciona nuestro cerebro, cuando no sabemos la historia completa, llegamos a conclusiones que convertimos en verdades aun sin tener pruebas verídicas. 


Una de las partes más problemáticas con respecto a la rendición es concebirnos como ignorantes al dejar ir la necesidad de tener en nuestras manos el conocimiento y comprender que lo que hemos venido haciendo hasta el momento, no nos ha llevado a donde necesitamos llegar. Al entregarnos a la rendición, nos estamos desatando de la identificación con el ego, es decir, con todos esos pensamientos negativos, de duda, de resistencia y en si, todo aquello que te lleve por el camino del miedo y te aleje del amor y la paz.


Dependiendo de tu nivel de control y de tu identificación con el ego, es probable que al pasar por esta etapa llegues a tener bloqueos físicos (dolores en el cuerpo o trastornos como la ansiedad), la clave de todo esta en dejarte sentir y entregarte de la unidad, ya sea que lo llames Dios, universo, madre tierra; con la rendición nos volvemos conscientes de que aquello que somos va más allá de explicaciones lógicas y palabras. Ser conscientes en la rendición es vernos como seres de luz pertenecientes a la unidad que es la realidad de esta dimensión y todas las demás. Es sentirnos apoyados y cuidados por algo más grande y poderosamente amoroso, es confiar en que todo es como se supone debe ser para tu bien y entregarte a fluir en la verdad que eres, amor y luz.


Fase 4 – Ser

A esta fase la he llamado Ser, pero puedes referirte a ella como la conexión o sanación. Cuando hablo de tu verdad, esto es a lo que me refiero, tu verdad es tu ser es completa fluidez. Lo que realmente anhelamos al querer conectarnos es estar en contacto con nuestro ser y lo que realmente anhelamos al querer sanar es ser desde nuestro ser, todo se reduce a esta palabra, SER. No hay nada más que verdaderamente necesitemos, es lo que tanto buscamos sin saber, es el vacío que queremos llenar y no sabemos como.


Ser es dejar de buscar, dejar de huir, dejar de perseguir, dejar de tener expectativas, dejar de sufrir, es contactar con la paz y la felicidad que ya residen en tu interior.

Después de la rendición, podrás sentir una sensación de libertad. Al sacar y soltar tus cargas, empiezas a notar que tu identificación con ellas empieza a debilitarse, ya no eres tus defectos, tus miedos, tus errores, tu pasado, en definitiva no eres tu ego; eres simplemente tú. Es un momento en el que sientes que todo ha estado, esta y estará bien. Te desprendes de tus pensamientos, de tus cargas y te unes a la fuente, sintiéndote una/o con todo lo que es y existe. Es un espacio en el que no necesitas sanar ni arreglar nada, porque estas completa/o siendo luz y amor sin restricciones.

Este proceso es algo a lo que tendrás que volver cada vez que sientas que estas desconectándote o que creas que las circunstancias, otras personas o tu misma/o te han lastimado y te estas empezando a percibir como una «victima». También será de utilidad en los momentos donde realmente necesites apoyo y sentir compasión por ti e incluso si debes perdonarte por algo.  Para que realmente perdure el estado de plenitud en el ser, es necesario que realices mucho trabajo interno conscientemente para que se vuelva parte de tu estructura inconsciente y así puedes desarmar el piloto automático de tu ego, que se encuentra tan arraigado a tu identificación de quien eres, pero que al final no define para nada tu verdadera naturaleza.


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Qué tu luz pueda ser en libertad e iluminar a todos y todo lo que existe, volviéndose parte de la vibración universal del amor.


Desarrollo personal y espiritual - Lumyé

 
 
 

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